"Sigue hambriento, sigue alocado"

-Una gran pérdida, sin duda. Sentida tristeza me produce este final para Steve Jobs-.

Con esta entrada me quería unir a las palabras de Riva. Cuando hace dos años y medio pusiste el video del discurso de Stanford (pasándome el testigo de tu mentor, como bien me dijiste) pude escuchar el mejor discurso que jamás sentí hasta ahora. Nunca había tenido la oportunidad de escuchar una lectura donde en cada frase se pudiera entender una profunda reflexión. Se trataba de un discurso motivador, y sin duda lo fue. Pero no solo para aquel día ni momento. Fue un discurso que nunca caducará. Es ya un mito.
Además, detrás de él, se esconde la grandeza de esta persona. La forma de conectar con la gente es de antiguo maestro renacentista:
“Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir tu corazón. [..] Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gasteis viviendo la vida de otro.”

Estos días no se para hablar de él como el visionario tecnológico y el emprendedor que todo lo que toco lo elevo a la misma grandiosidad. Pero a mí no es lo que me ha atrapado de esta persona (el mundo está lleno de grandes y egoístas capitalistas que en el mundo del dinero y la empresa han triunfado). Según mi visión, lo que lo hizo diferente fue su humanidad, sencillez y normalidad con la que hacía las cosas. Como por ejemplo el discurso en la universidad. Su naturalidad, reflejado en un texto hecho para entenderse sin adjetivos gratuitos que lleven a confusión, es lo que realmente me parece más admirable. Como he leído: "un hombre claro, directo y humano, que se hacía entender con facilidad y con el que se podía sintonizar rápidamente".

En la era donde solo importan los papeles verdes, Jobs creó la 2ª empresa con más valor del mundo (fue la primera durante unos minutos) sin embargo era el millonario número 110 del mundo y 34 de Estados Unidos, y cobraba 1 dólar al año de Apple antes de renunciar como su CEO.
Célebre en sus puestas en escena por su modesto guardarropa -sempiterno suéter negro de cuello alto y pantalones vaqueros-, no lo fue por derrochar el dinero. Su vivienda era grande, pero no jactanciosa, y su único lujo conocido fue un Mercedes-Benz Coupé.
Creo que después de esto no hace falta decir mucho más. Encontró lo que le gustaba e hizo de su prioridad el trabajar con ello por amor.

En definitiva, a este tipo de gente se la debería poder escuchar y observar día a día para aprender lo que es la vida de verdad, como la viven. No solo es lo que hacen, sino q también es como lo hacen, y sobre todo como la piensan: sigo diciendo… que discurso tan increíble e inmensamente fascinante y emocionante.

Primo, como bien dices, es una lástima que gente así se vaya tan pronto: despiertos, inconformistas, motivados, inteligentes... genios. Sin duda, aún nos podía haber dado mucho más. Pero que como bien dijo él mismo (coincidiendo con otro genio como para mi representa mi padre): "la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida […] retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo". Es la ley de la vida.
En fin Riva, quedémonos con la frase que tanto llamó la atención de esta inusitada mente y que le acompañó siempre, la de la contraportada de The whole earth catalog: "Sigue hambriento, sigue alocado".
Así que, me despido de los que leáis esta mi reflexión como lo hizo Steve Jobs ante su público de Stanford. Era su último mensaje de despedida: “SEGUID HAMBRIENTOS, SEGUID ALOCADOS”.