España, en semifinales tras vencer a Rusia y a los árbitros

Increíble. Surrealista. Vergonzoso. Esperpéntico. Se podrían usar mil calificativos para definir lo que ha ocurrido en la tanda de penaltis del encuentro entre Rusia y España. Luis Amado había hecho su trabajo y le había parado un penalti al ruso Cirilo, mientras que los jugadores de campo españoles habían conseguido perforar la meta de Zuev en cuatro ocasiones. Nervios en la cancha y el capitán que se disponía a lanzar desde la pena máxima para meter a 'su' España en la semifinal.

Es el quinto penalti, y Javi Rodríguez lanza con el alma para casi tirar la portería abajo. La imagen es clarísima. El balón golpea en el palo interior de la portería y los jugadores celebran exultantes el pase a las semifinales. Pero los señores colegiados, el francés Pascal Fritz y el croara Edi Sunjic decidieron que ese balón no había entrado y dieron el penalti como fallado ante la incredulidad y la rabia de la expedición española. Nadie se lo podía creer. Tras varios minutos delirantes, con los árbitros consultando con la mesa, y los jugadores discutiendo arremolinados ante ella, llegó la decisión arbitral. Fallo de Javi Rodríguez y a seguir tirando. El 'robo del siglo'.

Templar los nervios...y seguir marcando
Por increíble que parezca, los jugadores españoles no se pusieron nerviosos y siguieron marcando todos sus disparos desde el punto de penalti. Juanra, Borja y Fernandao convertían sus disparos en gol y ahí apareció la figura de Luis Amado. El meta español adivinaba la intención de Tymoschenkov, detenía el penalti y España, esta vez sí, pasaba a las semifinales, donde se medirá a la República Checa por un puesto en la gran final.

El partido no había tenido mucha historia. Dos equipos que se conocen, que se respetan y que se temen, lo que llevó a un encuentro poco vistoso. Bien es cierto que España tuvo más y mejores ocasiones, pero en esta ocasión no fue un rodillo como había demostrado ante Bielorrusia y Portugal. Se puede calificar como 'normal', porque Rusia es un gran equipo, que con sus dos brasileños nacionalizados a la cabeza, forma una de las escuadras más potentes del mundo. Pero a nuestra selección es muy difícil 'meterle mano', y eso lo sabe cualquier selección del planeta futsal.